Este artículo habla de un nuevo paso, bastante sui generis,
que la Iglesia Católica en Alemania está dando, con el objetivo de hacer a la
Iglesia un poco más congruente con el mundo real y contemporáneo. Dice que la
más alta esfera jerárquica de la Iglesia alemana ha autorizado un manual por
medio del cual se especifican las directrices que los sacerdotes deberán seguir
para reintegrar en la Iglesia a las personas divorciadas, a las cuales por años
se les consideró como personas que “viven en pecado”, que cargan con el peso de
un matrimonio fallido, pero que tienen toda la intención de volver a intentar
formar una familia de forma responsable y formal.
Esta noticia me llamó mucho la atención porque me parece el
primer intento de un grupo de la Iglesia por tratar de hacer que la institución
aterrice en la vida real, en la situación actual que vive el mundo y bajarla de
la nube del “deber ser” establecido por normas teológicas escritas cientos de
años atrás, las cuales por razones más que obvias ya no son compatibles con la
realidad del siglo XXI.
Me parece el primer paso hacia una apertura al diálogo y a tener
una disposición más constructiva y receptora de lo que grupos marginados en la
Iglesia como son los divorciados, las mujeres y los homosexuales, tienen que
decir.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/10/15/actualidad/1381864085_966702.html
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